Lavá los puerros, cortalo chico. No importa el corte. Vas a procesarlo después. Salteá mucho puerro en aceite de oliva o manteca. Despacio, sin apuro. Escuchate un Chet Baker. Salpimentá.
Cuando ves que está medio transparentado, y redujo un poco el tamaño, y algunas puntitas se quemaron (las menos. Que no se te pase de cocción) agregá un poco de jengibre, revolvé y metele vino blanco, o Gancia, o Martini bianco. Un toque. Dejá que se vaya el olor a alcohol y reduzca el líquido. Apagá el fuego.
Incorporá los puerros a un potecito y procesá bien bien con la minipimer.
Pensá en el tamaño de tu molde donde vayas a hacer el flan. Enmantecalo con los dedos y dejalo en la heladera. Para un molde tipo de budín, hice con 2 huevos, crema y un toque de leche. Salpimentá, revolvé bien. Agregá ahí adentro el puerro procesado. Mezclá, y volcá eso el molde. Que no quede hasta el tope. Dejá un cm.
Horno medio, tranqui. Poné una bandeja de horno, la budinera o el molde arriba, y agregá agua en la bandeja. Así hace una onda Baño María. Guarda con el pulso, y al horno. Listo chaval. Eso va a crecer. Dejalo un buen rato. Relojealo, y si querés, pinchalo a la media hora con un escarvadientes o palillo de madera o cuchillo. Tendría que salir más bien seco. Sacá con cuidado (GUARDA EL AGUA CALIENTE). Desmoldá. poné el plato arriba y da vuelta todo junto. Golpeá el molde.
Sale mesa 21.
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Es una preparación que podés tenerla hecha con tiempo. Y después lo recalentás en el horno un ratito. O sea, que si tenés una cena, tené listo el flan de puerro o bien arrancado al menos, y después seguí con lo otro.
Acompaña bien un cerdito, o un pollo. Para carne es muy suave, medio gay la cosa.
En fin, así podés hacer flan de lo que quieras: Zanahoria, zapallo, hongos...
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