jueves, 16 de septiembre de 2010

Con lo complicado que somos, hacete una simple.

Para ravioles, y más ahora que viene el calor. (si son de calabaza mejor. Fijate la fábrica RicaPasta, en El Cano y Zapiola, va como trompada)

Es una receta sin crema ni nada que te haga caminar como el Diego del 2003 jugando Golf. En estas épocas, obviemos la crema, que es siempre la salida fácil a todo. Como el queso. Lennon decía: Si querés vender un tema, ponele violines.

Sacás los ravioles del agua salada cuando estén listos (flotando), apagá el fuego, escurrilos y volvelos a la olla vacía. Agregales un buen aceite de oliva, aceitunas negras descarozadas cortadas en rodajitas bien finas, unas hojas de salvia fresca cortada bien fina (Chiffonade. Googleá). Pimienta. serví el plato y arriba con un pela papas rallá un queso duro. Muy poco. No te zarpes con el queso. Es más, te diría que ni le pongas. Pero viste como es. Diría un uruguayo.


Opcional: Tomates secos. Así secos como vienen, tirá unos pocos al agua de los ravioles junto con los los ravioles. Listo. No hay más ciencia que esa.

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Otra que va: Secá fetas de jamón crudo al horno. Van a quedar crocantes. Decorá la pasta. Aprendé a amar a la Salvia.

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